Marzo! Mes de la primavera… y como solemos decir: “La primavera la sangre altera”, pero no solo la sangre, también la piel, por eso hoy te voy a dar 4 claves sobre la rosácea.
A lo largo de este mes sufriremos cambios de temperatura muy bruscos, durante la mañana y la noche todavía sigue el fresco y a medio día podemos alcanzar los más de 20 grados. Además tenemos el cambio de hora y a todo esto el organismo se debe de acostumbrar, podemos decir que se sufre una situación de estrés que se puede reflejar también en nuestra piel. Es habitual durante la entrada de la primavera que se desarrollen brotes de patologías leves de la piel en las que de alguna manera puedes ayudar desde la oficina de farmacia, uno de ellas es la rosácea.
Como siempre, antes de comenzar con la parte práctica, un poco de teoría 😉
QUÉ ES LA ROSÁCEA?
Alteración crónica de la piel que afecta al rostro produciendo enrojecimiento y granos, a veces hasta con formación de pus.
Los síntomas de la rosácea suelen producirse en la zona central de la cara (mejillas, frente, nariz, alrededor de la boca y en el mentón), aunque puede aparecer en otras localizaciones. En la mayoría de los casos los pacientes tienen sensación de calor o ardor en las zonas afectadas.
CLAVE 1: ¿Cómo puedes detectarla en un paciente?
- Enrojecimiento en la parte central de la cara.
- Telangiectasias: pequeños vasos sanguíneos a modo de telarañas o arañas vasculares que quedan visibles a través de la epidermis
- Pápulas-pústulas: granos rojos (pápulas) o granos de pus (pústulas) en la cara. Estas lesiones pueden ir y venir por temporadas o tenerlas de forma constante si no se tratan.
- Rubefacción: tendencia a sonrojarse o ruborizarse con facilidad, sobre todo tras diversos estímulos, como los cambios de temperatura, las bebidas alcohólicas o situaciones de estrés.
- Síntomas oculares: la rosácea también afecta frecuentemente a los ojos, produciendo sensación de tener arenilla, quemazón, picor, sequedad, aumento de sensibilidad a la luz o inflamación de los párpados (blefaritis). En casos aislados puede producirse inflamación de la córnea afectando a la visión.
- Engrosamiento y contornos irregulares de la superficie de la piel (fimas) que puede afectar a la piel de la nariz (rinofima), de la frente (frontofima), de los pómulos (zigofima), del mentón (mentofima), de las orejas (otofima) y párpados.
CLAVE 2: ¿QUÉ OBSERVAS CON EL DERMOANALIZADOR?
Si dispones de dermoanalizador en la farmacia, con la cámara observarás el centro del rostro muy vascularizado, a veces la frente y la barbilla. Los granos también se presentan vascularizados, de tal forma que no sólo hay infección sino también capilares alrededor de ellos.
Te recomiendo que tras dispensar/proponer el tratamiento hagas un seguimiento semanal para ver la evolución.
CLAVE 3: CRITERIOS DE DERIVACIÓN AL MÉDICO
Recuerda que siempre hay una línea roja que nunca debes traspasar, en la que debes remitir al médico a tu paciente, sobre todo cuando no hay un diagnóstico.
- Sospecha de rosácea no diagnosticada
- Sospecha de impétigo en región facial
- Resistencia al tratamiento establecido (siempre que se cumplan correctamente las pautas y no se abandone el tratamiento)
- Sospecha de RAM
- Empeoramiento de la patología
- Rosácea ocular
- Embarazo y lactancia
CLAVE 4: TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
Siempre será pautado por un dermatólogo, pero en caso de ser una rosácea ya diagnosticada que nos pide consejo en un momento dado, ahí va el TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
- HIGIENE Y CREMA DE TRATAMIENTO: específico para pieles con rojeces. La higiene con principios activos poco agresivos para no irritar más la piel en brote de rosácea. Las cremas generalmente contienen activos calmantes, protectores de los capilares, vasoconstrictores y antioxidantes.
- FOTOPROTECCIÓN: indispensable para proteger a los capilares de la radiación solar.
- MAQUILLAJE: correctores verdes para neutralizar las rojeces y dure más tiempo el maquillaje.
- COMPLEMENTOS CALMANTES: como mascarillas específicas, cremas formuladas para el brote más calmantes, aguas termales…
FUENTE: SEFAC “Protocolos de actuación en la farmacia comunitaria ante los principales problemas dermatológicos”.