Según Aristóteles, las manos son el instrumento de los instrumentos, instrumento del cerebro, la parte más útil del cuerpo y una estructura perfectamente adaptada a sus funciones. Las manos están súper expuestas al medio y a agentes externos, son una parte del cuerpo que no cubrimos, sólo en invierno cuando hace mucho frío y no siempre.
Debido a las circunstancias que tenemos ahora mismo, a mí ya me ha llamado algún familiar que otro para contarme que tiene la piel de las manos destrozada de tanto lavárselas y utilizar gel hidroalcoholico.
Como bien sabéis, un exceso de higiene no es lo mejor para la piel, ¿por qué?
Porque los tensoactivos eliminan parte del film hidrolipídico de nuestra piel cada vez que realizamos el gesto de higiene.
Si analizamos un poco mejor la piel de las manos en concreto:
Estas diferencias de la piel de las manos en composición y estructura, afectan como he comentado al film hidrolipídico de protección natural y al factor natural de hidratación de la piel, quedando mucho más desprotegidas, expuestas a factores del medio externo y por tanto sufriendo mucho más la deshidratación.
Si lavamos la piel de forma continuada vamos eliminando el poco film de protección natural de esta zona y por tanto favoreciendo todavía más la deshidratación. Una piel deshidratada no es una buena barrera de defensa frente al medio externo así quedan las manos todavía más expuestas a los agentes del medio externo.
La deshidratación de la piel se manifiesta con descamación, irritación, incluso grietas en las manos.
FUENTES: https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-las-manos-13073444